Ruralizar la economía

Diario Público.  20 de Agosto de 2010

Dice Susan George en su último libro, Sus crisis, nuestras soluciones, que “todas estas crisis proceden de las mismas políticas neoliberales establecidas por los mismos actores (…). Podríamos gozar de un mundo limpio, verde, rico y justo, donde todos y todas pudiéramos vivir dignamente. A su lógica, debemos oponer la nuestra. No es tan complicado si comenzamos por invertir los términos”. Por ejemplo, y ya se ha presentado en estas páginas, frente al paradigma del crecimiento permanente como supuesto motor de desarrollo, hagamos de esta crisis la oportunidad para retroceder unos pasos del camino andado y reprogramar un decrecimiento (no forzado, como el actual) saludable para un planeta caliente.

Bajo esa misma lógica nuestra, ¿qué pasaría si volteáramos –al menos en parte– el esquema dominante que ha llevado al sector primario de la economía de encabezar hasta los años sesenta y setenta las cifras del empleo y de contribución al Producto Interior Bruto a un papel casi residual en las llamadas economías modernas? ¿Qué pasaría si se promoviera ruralizar la economía? O, tomando una propuesta concreta, ¿qué sucedería con el empleo si cuestionáramos las políticas clásicas a favor de la agricultura intensiva en petróleo, por una agricultura ecológica intensiva en mano de obra?

Para ofrecer un pequeño análisis de lo que esta propuesta significaría, tengamos en cuenta unas cifras y unos indicadores.

Cifras. Como sabemos, la población en paro está ascendiendo hasta superar el temido 20%. Mientras, la población activa agraria está en sus niveles más bajos, sin llegar al 5% en el Estado, lo que genera un vacío de pueblos y territorio muy visible por todos nosotros. En los últimos 40 años la población de los municipios de menos de 10.000 habitantes ha pasado de ser el 57% de la población española a tan solo un 23%.

Indicadores. Según datos de la organización Amigos de la Tierra, el Gobierno nos demuestra qué modelo de agricultura está diseñando para el futuro: en el año 2008, en España, se dedicaron 54,3 millones de euros a la investigación en biotecnología agraria y alimentaria (por ejemplo, la de cultivos transgénicos) y 60 veces menos a la investigación en agricultura ecológica, con tan solo 0,9 millones.

Más allá de los demostrados inconvenientes que tiene el modelo de agricultura tecnológica e industrializada (contaminación ambiental, riesgos sanitarios, competencia desleal con los países empobrecidos del Sur, etc.) veamos bajo la lógica –como dice Susan George– de generación de puestos de trabajo y de producción de alimentos los resultados de cada una de estas agriculturas. Si la comparación la hacemos entre la agricultura ecológica y la convencional (industrializada pero no transgénica) la primera demuestra –según diversos estudios internacionales– un 32% más de capacidad para generar empleo. Por ejemplo, algunos estudios han estimado que la transformación de la producción agraria de Inglaterra y Gales a ecológico supondría un 70% más de empleo en el medio rural. Los datos demuestran que la agricultura campesina y ecológica todavía genera más empleo y tejido económico si se compara con la transgénica. Mientras la agricultura transgénica en España –después de 12 años de fuertes inversiones en el único país europeo donde se permite el cultivo de transgénicos a gran escala– ha generado en torno a 1.950 puestos de trabajo (sumando los generados en las empresas biotecnológicas más los de los agricultores que utilizan maíz transgénico), la agricultura estrictamente ecológica ha generado 14.310 empleos en las empresas del sector más 35.407 productores que nos proveen de alimentos bajo este modelo respetuoso con el medio ambiente.

Es decir, el Gobierno invierte 60 veces más en un modelo de agricultura que genera 25 veces menos empleo que el que demuestra generar la agricultura a pequeña escala y ecológica. Como sabemos, además, el modelo ecológico atrae a gente emprendedora y joven hacia un medio rural despoblado, envejecido y masculinizado.

Considerar otro modelo agrario favorece también las capacidades de nuestro país de suficiencia alimentaria, disminuyendo las dependencias de alimentos importados (la Unión Europea es importadora neta de productos básicos, importa alimentos por un valor de 173.000 millones de euros, mientras que exporta alimentos por 127.000 millones de euros, según datos de la Organización Mundial del Comercio), pues como ha sido demostrado por muchos investigadores la capacidad productiva de la agricultura ecológica no es inferior a la de la agricultura química.

Añadamos pues a las bondades de la agricultura a pequeña escala y ecológica la enorme capacidad de generar empleo sostenible y necesario.

Se podrá argumentar que propuestas que vuelvan la mirada al campo, al tejido económico rural y agrario, son tan solo idealizaciones. Exacto, lo decía John Berger en el epílogo de su novela Puerca Tierra: “Sin embargo, despachar la experiencia campesina como algo que pertenece al pasado y es irrelevante para la vida moderna; imaginar que los miles de años de cultura campesina no dejan una herencia para el futuro…; todo ello es negar el valor de demasiada historia y de demasiadas vidas…”. Y un poco más allá, es despachar la posibilidad de generar una economía ruralizada, más justa, más dinámica.

Gustavo Duch Guillot es coordinador de la revista ‘Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas’

Un comentario en “Ruralizar la economía

  1. os pego aquí una discusión que surgió en el email a raiz de este interesante artículo:

    Ruben Suriñach Padilla escribió:

    No està malament l’argumentació, però quan entra a parlar de tot el tema de la generació de llocs de treball que té l’agricultura ecològica pel fet de ser intensiva en llocs de treball no entra a valorar la qüestió del cost que té el factor treball respecte al factor tecnologia/capital i com això pot repercutir sobre els preus que perceben els consumidors. D’altra banda, per completar l’argumentació sobre preus hauria de ficar-se una miqueta amb el tema del model de distribució i tal… entrar a parlar de generació de llocs de treball sense parlar del valor econòmic que pot generar (i per tant el poder adquisitiu que pot distribuir a través dels diferents agents) pot ser enganyós, perquè igual els llocs de treball que generes són a un salari super baix i a un preu-consum molt alt (no ho sé, estic especulant per parlar de la necessitat de solidificar l’argumentació en aquest sentit), i no et dóna una visió completa de la transformació real que es donaria sobre el model econòmic agroalimentari. En qualsevol cas l’article ataca un punt clau en el debat públic sobre la sobirania alimentària des d’un plantejament més estrictament econòmic..

    On Wed, 25 Aug 2010 00:32:34 +0200, alvaro wrote:

    (leer de abajo arriba) (espero no esteis en el ordenata ninguno de los que os hemos metido sin preguntar en esta conversa y así no querais entrar a estos desvaríos veraniegos)

    de acuerdo Ruben, este es un temazo el que ha tocado gustavo y que no terminamos nunca de afrontar, creo que por eso hay que tocar tb en la línea con lo que dices el tema de qué % de renta hemos de ganar en alimentación (un tema espinoso), yo tengo la impresión de que en la utopía de la soberania alimentaria en catatalunya el precio en general de la alimentación sería más alto incluso sin tanta concentración en la distribución… la relación calidad precio es otra cosa pero el precio en términos absolutos creo que sería más alto en algunas cosas bastante más altos—…. si hemos bajado tan a saco el gasto en alimentación en términos relativos (ha pasado en 50-60 años del 50-40% de la renta al 10-15% creo) pues este ha de volver a subir en términos relativos, el que queira seguir manteniendo una dieta tan basada en proteína animal y elaborados muy elaborados sin duda en una utopia de soberania alimentaria le saldría caro
    y tb está el tema de las clases sociales… quizás garantizar el acceso a la proteina animal de todos en la soberania alimenatria pasaría por cierto esquema de racionamiento a lo cubano para algunos productos (carne roja, pescado azul…), algo que es inmencionable hoy en día….

    ruben te parece que metamos al propio gustavo en la conversa… creo que le molará la critica constructiva o colguemos esto como comentarios al texto en su blog:
    https://gustavoduch.wordpress.com/2010/08/20/ruralizar-la-economia/

    salut a totes
    alv

    Ferrán escribió:

    .Hola! vaya temita para estar a 40 grados….. o igual serà per això. Res, us escric unes quantes preguntes més, sense cap resposta per si ajuda a pujar la tempretura una mica més.

    Doncs coincideixo amb vosaltres, l´article de´n Gustavo (que com sempre està esplèndid) senyala un element molt interessant, però no dona respostes (o si més no, a mi). En part per la falta de profunditat i de complexitat de l´anàlisi econòmic (amb arguments com els que apunteu i d´altres), i en part per la falta de l´anàlisi sociològic. Que la societat europea s´ha desruralitzat és un fet, però cal preguntar-se perquè i aleshores igual es podrien elaborar propostes polítiques que intentin revertir la situació. Hi ha diversos estudis que mostren la percepció social del camp i de la producció d´aliments, d´altres que mostren quina és la percepció (més que percepció) de les persones que viuen al camp i produeixen alimentsn d´elles/es mateixos/es. Perquè gastem menys en alimentació que fa 40 anys? Perquè hi ha tan poca gent en el sector «primari»? I no crec que sigui un tema monetari (o no exclusivament).

    Bé. res, cap resposta com us deia, simplement ampliar el ventall de preguntes… fa massa calor crec, això i que encara no he fet un cafè.

    Petonets

    Ferran

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